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Diferencias entre jefe y líder

Está muy extendida la idea que dirigir es “mandar” y que el líder de una empresa debe mandar a sus trabajadores y dirigir su actividad… Pero ser jefe no significa ser un buen líder ya que existen jefes que a través de la autoridad perjudican el desarrollo del equipo.

Enumeremos hasta 15 unas cuantas diferencias entre jefe y líder:

EL JEFE EL LIDER
El jefe utiliza la autoridad para dirigir, para inspirar miedo. Es muy común que sea una persona temida en presencia y odiada en su ausencia. El líder inspira entusiasmo, simpatía, la gente quiere estar con él, es admirado y sobre todo respetado. El líder no necesita hacerse valer de la autoridad para conseguir el respeto y la admiración: la utiliza para servir a su equipo.
El jefe siempre está buscando el error que no disculpa, lo sanciona y castiga. Cree que con esto va a lanzar un mensaje de rectitud en su organización.

El líder busca la solución, perdona los errores, los disculpa y se fija más en el aprendizaje de la solución que en el propio problema.

El jefe ordena unas tareas a sus colaboradores y les ordena unos tiempos. El líder trabaja con los demás, marca el paso y se fija más en la aportación de ideas que en los tiempos y los castigos.
El jefe convierte el trabajo en algo insoportable, en una carga, consumiendo la ilusión de su gente. El líder hace que reine el buen ambiente, que la gente tenga ganas de trabajar.
El jefe esconde la información, solo él sabe hacer las cosas y sabe lo que ocurre.

El líder la comparte, señala y guía, pero deja hacer a su equipo a través de la delegación. Por eso, el líder potencia y capacita a su equipo ya que, formando a su equipo, se harán mejor las tareas y los proyectos.

El jefe hace las cosas correctas, las que tocan. El líder se adelanta, se pregunta el porqué de cómo se hacen las cosas y no se contenta con lo que se consigue si no que siempre busca la excelencia y abona por la cultura de mejora.
El jefe culpa a terceros, concentra los elogios y personaliza la gestión en su persona. También detiene a las personas que puede considerar una amenaza. El líder quiere personas mejores que él en su equipo y no teme nunca a las personas capaces: sabe ser generoso y reparte reconocimientos personales y grupales para su equipo.
El jefe mantiene distancias personales con su equipo. Normalmente elige a 1 o 2 personas de máxima confianza (relativa).

El líder se preocupa y se ocupa por su gente tanto a nivel personal como profesional.

El jefe habla en singular. Utiliza el “yo” y siempre tiene razón aun cuando los hechos demuestren lo contrario. El líder habla siempre en plural “nosotros” y es capaz de dar la razón a un miembro de su equipo aun cuando el planteamiento fuese en contra de su propio planteamiento.
El jefe cree en la justicia. ¡A todo el mundo hay que tratarlo igual! El líder sabe adecuar su estilo de liderazgo a cada momento y a cada persona. No a todas las personas ni colaboradores hay que tratarlos igual.
El jefe ordena las cosas tal cual se deben hacer. Se desvive para que se hagan las cosas a su manera.  El líder fomenta la creatividad de las personas y les pide ideas creativas para fomentar la innovación y así generar un valor diferencial.
El jefe frunce el ceño, está serio, como enfadado, así le parece que infunde más respeto. El líder es divertido, fomenta el “buen rollo” ya que eso no es incompatible con ser muy exigente.
El jefe cuenta las horas trabajadas por su equipo, le gusta que la gente trabaje sin descanso. El líder hace que el trabajo sea interesante y sabe que cuanto mejor líder sea, la gente trabajará más porque se sentirán más comprometidos y se centra más en la calidad que en la cantidad.
El jefe tiene privilegios y los quiere mantener. Está obsesionado con su retribución.

El líder dota de significado e inspiración a su trabajo, no quiere privilegios y no le obsesiona la retribución. Piensa que le llegará si es capaz de inspirar y hacer progresar a su equipo de colaboradores hacia la visión.

El jefe aplica el autoritarismo continuamente. Se sirve del trabajo de los demás para resolver él mismo los problemas. El líder sabe delegar y pone los recursos necesarios para que el delegado pueda tomar buenas decisiones que las respeta y las apoya.