Los ladrones de tiempo no sólo proceden del exterior. Cada individuo es el único responsable de organizar su tiempo y de decidir lo quiere hacer con él. Una vez detectados, hay que analizar cuáles son los que más frecuentemente ocupan el tiempo nuestro.
Existen dos tipos de ladrones de tiempo: externos e internos.
Externos
- Ladrones de tiempo externos: se definen como el conjunto de circunstancias que superan la capacidad de control del individuo. Entre ellos se encuentran:
- El teléfono.
- Los servicios de mensajería instantánea.
- El correo electrónico.
- Las reuniones de trabajo.
- Las interrupciones etc.
Internos
- Ladrones de tiempo internos: son las circunstancias relacionadas con el propio individuo y que se manifiestan en su conducta, modo de gestionar su tiempo y sus tareas. Los más significativos son:
- Hábitos multitarea.
- Precaria planificación.
- Carencia de objetivos.
- Falta de motivación.
- Procrastinación.
- Dificultad para dar una réplica negativa.